lunes, 6 de octubre de 2008

La magia de la Radio

Hace unas semanas paseaba por la “braderie” de Rennes. En Francia las “braderies” son reuniones de vecinos que ponen a la venta objetos tales como electrodomésticos, libros, ropa, etc, que ya no usan. Una “braderie” como la de Rennes puede reunir a miles de personas vendiendo y otras tantas comprando. Generalmente se hacen en domigo o sábado y se emplazan en el centro de la ciudad.

El fenómeno es bastante insólito para los días en los que vivimos. La filosofía del consumismo imperante excluye implícitamente la reusabilidad de los artículos que se adquieren en los centros comerciales y tiendas. Todo lo que se compra es descartable, perecedero, de usar y tirar. Nada se conserva, ni se cuida ni se transmite, todo se vuelve a comprar.

Pero las “braderies” funcionan y se puede encontrar prácticamente de todo.

Además sirve como interesante forma de saber que tienen los franceses en sus casas y si es muy diferente de lo que hay en otros países. La respuesta es que no. Tienen exactamente las mismas cosas. Los cuadros con perritos, los recuerdos de viajes a tierras lejanas, algún capricho del todo a 100, consolas de videojuegos, discos y el pack con todas las temporadas de "Friends".

En un puesto veo que hay, arrumbada en un rincón, una vieja radio. Una radio de esas que es como un televisor de 15 pulgadas. Me acerco al vendedor y le pregunto “¿eso funciona?” – a lo que me responde – “No lo se”.

Entonces le vuelvo a preguntar “¿Por cuánto me lo vendes?” - y me dice - “cinco euros”.

Como podéis imaginar salí de allí con la radio a cuestas.

Cuando llegué a casa comprobé que la radio es un modelo “Habanera” de la marca “Radio Test” y fue construida en Paris en el año 1954.

Por el precio al que la adquirí pensé que no podía funcionar, asique en un principio tenía la idea de vaciarla por dentro y meterle una radio de las de ahora y tenerla en casa como decoración ya que estaba en perfecto estado y sin arañazos ni roturas. Pero antes decidí probar de hacerla funcionar.

La enchufe a una regleta para que en caso de un corto circuito no sufriera ningún daño la toma de la pared. Con la mano extendida como para estar lo más lejos de la explosión y con la cara medio girada la encendí. Al principio no hizo absolutamente nada y por lo tanto comenzaba a convencerme de que efectivamente no había nada que hacer, pero al rato una luz color verde empezó a encenderse en lo que parecía una bombilla. Unos segundos más, empezó a sonar el clásico ruido de fondo de las radios. Moví un poco el dial y di con una radio de Rennes. La radio, después de más de 50 años seguía funcionando.

Son radios de la época prehistórica a la era digital. No tienen ningún circuito integrado y funcionan con valvulas de vacio. Después de meter en Google “Radio Test Habanera” di con esto :

Concretamente esta radio puede sintonizar onda corta, larga y media, por lo que llegue a sintonizar desde aquí en Bretaña la frecuencia de Radio Nacional de España en onda corta. Sin palabras.

Una vez que caí en la cuenta de que hice un muy buen negocio (una radio de estas funcionando y en buen estado puede superar los 200 euros) y  de comprobar que es cierto de que antes las cosas se fabricaban mejor, di en pensar de cómo eran antes las comunicaciones.

El dial de la radio tiene impresos los nombres de ciudades como Moscou, Alger, Lyon, Tunis o Mte Carlo. Antes la gente sabia del resto del mundo por estos aparatos que les conectaba de manera casi mágica. Hoy en día basta poner en Google el nombre de dichas ciudades para saber lo último que ha pasado de una manera no menos mágica, y lo más asombroso es que ambos sistemas funcionan con el mismo principio, es decir, señales electromagnéticas que viajando por el aire o por cables se transforman en un sonido o en una imagen en la pantalla del ordenador.

Desde 1954 pasaron mil y una historias: el hombre llego a la luna, empezaron y terminaron muchas guerras, cayeron muros y torres, se jugaron miles de partidos de futbol, se dieron infinidad de discursos y empezaron (y terminaron) crisis, eras y dinastías. Historias todas ellas que acaso se escucharon por esta vieja radio.