lunes, 19 de enero de 2009

América ha vuelto

Aunque este blog no tiene como temática principal la opinión política, hoy introduzco esta breve entrada solo para dejar la traza de un momento histórico.

Muchas veces pensé en hacer una entrada de opinión sobre Barak Obama, pero no lo hice ante la sensación de que iba a decir lo que todos decían y que por lo tanto no aportaría gran cosa.

Tampoco ahora entraré a desgranar el currículo de un hombre hecho a sí mismo y con una historia solo posible en los Estados Unidos de América. 

Hemos de reconocer que en muchos de los países más progresistas de Europa es impensable tener un turco, un marroquí, un ecuatoriano o un subsahariano como Presidente.


Las ideas anti-imperialistas han tenido, en estos últimos ocho años, alimento en grandes dosis de la mano de la administración Bush, y que nos ponía a todos frente a la gran contradicción de adorar la cultura de aquel país a la vez que se lo detestaba en lo político y diplomático. Se tenía la impresión de que la América que nos gusta no existía más que en los guiones de cine.

Al olvido habían pasado los días en los que América enviaba a sus hombres a liberar un continente del fascismo. De tal conquista Estados Unidos reclamó como territorio el imprescindible para dar sepultura a quienes no pudieron volver.

Con la elección de Obama en Noviembre, la América que nos gusta ha vuelto.

Muchos dicen que alguien que ha despertado tantas esperanzas solo puede traer desilusiones. Yo digo que después de Bush (y sin ir mas lejos) cualquier avance que se logre será recibido con gran satisfacción. No se puede pedir todo a alguien cuando hasta hace unos meses no esperábamos nada del otro.

Llega uno entre fiestas y orgullo. Se va el otro tras el bochorno y la vergüenza.

Muchos dicen que es todo una gran maniobra de marketing. Yo digo que algo de verdad debe haber cuando veo a Jesse Jackson (compañero de fatigas de Martin L. King) invadido por la emoción de ver alcanzado el objetivo toda una vida dedicada a la lucha por los derechos civiles.

Vivimos tiempos difíciles y de decadencia. Yo pienso que solo se puede ser optimista ante tal panorama, y la prueba es que al mismo tiempo se suceden hechos solo reservados a las más grandes páginas de la historia.