sábado, 6 de septiembre de 2008

El mundo oscuro del caballero Batman

Antes de empezar solo quiero advertir de que este articulo contiene Spoilers. Es decir, desvela la trama y el desenlace de una película.

Hace unas semanas que vi la del “Caballero oscuro”. No es una secuela más de las películas de Batman, ni siquiera es un film más de superhéroes. De hecho el protagonista no es el superhéroe. Pero no voy a hacer una crítica porque no soy crítico de cine.

Bueno, solo diré que el malogrado Heath Ledger (The Joker) hace un trabajo fenomenal y las intervenciones de Morgan Freeman y Michel Caine son geniales.

Normalmente en las películas de este tipo yo estoy acostumbrado a ver un protagonista que es el bueno, una chica guapa y el malo.

El malo intenta matar al bueno y también suele secuestrar a la chica. Pero sobre todo, desde el principio de la peli el malo tiene un plan para conseguir su objetivo. Dicho plan funciona perfectamente hasta justo antes del final, que es cuando fracasa para que la peli termine ganando el bueno.

El bueno es moralmente irreprochable y sus poderes sobrenaturales le dotan de total seguridad tanto física como personal que le permite afrontar todas las adversidades y peligros.

Y luego la chica.

¿Y porque hago este recordatorio? Pues porque en el “caballero oscuro” no he visto nada de esto.

Normalmente las de superhéroes son historias donde se catalizan los miedos de nuestra sociedad materializada en el malo y los estandartes de nuestra civilización representados por el bueno.

En esta versión de Batman, el Joker no tiene ningún plan, es el protagonista y el bueno se rinde casi desde el principio.

El Joker realmente no quiere matar a Batman y además no tiene ningún plan. Tanto la población como las fuerzas de seguridad son objetivo de sus ataques despiadados, desproporcionados, nada sofisticados y sin lógica aparente. Hospitales que explotan, barcos repletos de pasajeros a punto de estallar, tiroteos en medio de multitudes y sobre todo rascacielos. Rascacielos que caen, que arden y revientan permanentemente. De hecho, los edificios altos configuran hasta tal punto los escenarios de la película que parecía estar viendo “Spiderman”.

Batman se rinde desde el principio. El personaje se autocuestiona y le cuestionan permanentemente. Le critican por ser impotente ante el Joker. Fracasa desde el principio y fracasa hasta el final. Sus métodos además han cambiado y son cuestionables. Usa armamento pesado como bazucas o metralletas como para derribar un avión. Se pasa la mitad de la película torturando en las cárceles a los cómplices del malo, y utiliza sistemas ilegales que permiten vigilar a todos los ciudadanos ya que no es capaz de localizar al Joker.

Y la chica, pues la chica muere incluso mucho antes de que la película termine.

Yo he dado en pensar que lo que he visto es la pesadilla en la que nos tienen metidos a todos desde hace unos años.

Un mundo amenazado por terroristas que han hecho de nuestro estándar de vida, nuestros trenes, aviones y edificios sus objetivos.

Un mundo donde hace tiempo que cualquier individuo es una caja de bombas en potencia y donde nos van despojando poco a poco de nuestras más básicas garantías como ciudadanos.

Un mundo con todos sus valores cuestionados, y nuestros más altos ideales y aspiraciones como humanos arrinconados en aras de una seguridad cuartelaría.

Es el mundo del 11 de septiembre, del  11 de marzo y del 7 de julio.

Y me fui del cine pensando que de alguna forma la película muestra todo eso. Y que ya no son tan ficticios ni las brutalidades del Joker, ni el fracaso de Batman, ni la chica que se muere. Es todo muy familiar y cotidiano.

Con esta versión de Batman, los superhéroes y los supermalos han cambiado para adaptarse a la nueva moda.

Y como en la película no hay un afroamericano que se presenta a la alcaldía de Gotham pues sale uno del cine sin esperanza. Ni siquiera aprovecharon que tenían a Morgan Freeman.

En fin, dejo para otro día el artículo que explica porque el agente 007 usa un coche ecológico en vez de deportivos de alta cilindrada.

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